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María Dolores Arenas

Intervención 59

El Duende Saltarín

La vuelta al mundo de Javier Villafañé e ilustrado por Juan Ramón Alonso fue un cuento premio Austral Infantil en 1985. Sus grandes connotaciones didácticas lo avalan como un clásico que sigue teniendo total vigencia hoy.

Santiago decide dar la vuelta al mundo con su triciclo. En su camino se irá encontrando con muchos animales que lo quieren acompañar. El resultado es un cuento motor de estructura acumulativa. Una joya de biblioteca que, recuperado por la Editorial Kalandraka, 2023, permite ser jugado por todos los integrantes de un aula en un clima lúdico y personalmente participativo.

En la misma línea se oferta esta muestra personal “El Duende Saltarín” como modelo a la hora de jugarlo.

Porque se acaban los cursos, llegan las vacaciones escolares y padres e hijos se enfrentan a jornadas completas que reclaman atención y dedicación para todos.

¿Qué necesitan los adultos en esos periodos que nos ocupan en este momento?: un baúl de recursos para llenar, lúdica y eficazmente, esos espacios vacíos de los niños.

Recursos como “jugar con las historias” y si además las juegan a gusto y con gusto, ¿creéis que no las amarán y solicitarán más? No hay que recordar al adulto la importancia urgente de despertar y practicar el acto lector narrado o leído, como preámbulo de la animación a la lectura responsable de decidir el nivel intelectual posterior de un niño, mientras ocupan espacios vacíos tan provechosos.

Y mientras juegan todos juntos con dinámicas como “La vuelta al mundo” o “El duende Saltarín”, se socializan, se divierten y se ríen, se desinhiben, trabajan la psicomotricidad, la expresión corporal, entrenan la memoria, se sienten protagonistas individuales, con suerte se olvidan de los audiovisuales y aprenden la vida como canto a la diversidad, a través de esos cuentos de fórmula, gran regalo de la tradición. (Intervención nº 7).

¿Y quienes lo pueden jugar?
Los profesores de los cursos de verano y monitores de campamentos, en ludotecas, en movimientos de Scouts y Juniors, en los clubs sociales de las urbanizaciones, padres y niños juntos, unidos en el juego, y después, durante todo el curso escolar en todos los niveles, sin discriminación de edad, aulas educativas y de psicomotricidad, incluidas clases del grado de Magisterio donde aprenden a enseñar disfrutando porque el sujeto pasivo llega a ser sujeto activo con lo que por placer anota en su cuaderno de bitácora para siempre.

Modo de jugar la dinámica

Una silla en el centro de un espacio, un animador que la rodea “pedaleando” con su brazo, un grupo de niños que esperan su selección para rodar tras él, asumiendo su papel con el gesto y la onomatopeya, un recorrido cercano para escuchar y activar comportamientos y… ¡A viajar! La experiencia no puede ser más divertida.

Las onomatopeyas las repetirán siempre que sea nombrado cada animal igual que hay que memorizar el dialogo fijo y constante en todas las secuencias y detrás de los puntos suspensivos:

Diálogo repetitivo:

¿Adónde vas, Duende Saltarín? -preguntaron
− Voy a recorrer el País.
− ¿Te podemos acompañar?
−Pues claro. Venga, a pedalear.

Y también:
que, ¿cómo pedaleaba?… Así… (Rotando el brazo)

Si hay más niños que animales en la dinámica, se añaden otros nuevos o se duplican los existentes.

Dinámica: El duende Saltarín

Un día el Duende Saltarín,
cansado de siempre saltar,
decidió hacer un viaje
para no aburrirse más.

Pensó que viajaría en triciclo.
Pedalear y pedalear,
sería un buen ejercicio
para quien se quisiera sumar.

Y ya en el camino,
se encontró con un gato…y un perro… (Gestos y onomatopeya)
que estaban también algo aburridos
de discutir a cada momento.

¿Adónde vas, Duende Saltarín? -preguntaron
Voy a recorrer el País.
− ¿Los dos te podemos acompañar?
−Pues claro. Venga, a pedalear.

(Todos pedalean alrededor de una silla central detrás del animador, mientras ruedan con el brazo derecho)

Y el gato… y el perro…
se pusieron detrás del Duende… Saltarín,
que, ¿cómo pedaleaba?… Así… (Todos pedalean con el brazo derecho)

Más adelante del camino
se encontró con un lobo… una oveja… y una vaca… (Onomatopeyas y gestos)
que estaban también aburridos.

¿Adónde vas, Duende Saltarín?
Voy a recorrer el País.
− ¿Los tres te podemos acompañar?
−Pues claro. Venga, a pedalear. (Parlamento fijo repetitivo)

Y el lobo… la oveja… y la vaca… (Todos onomatopeyas al nombrarlos)
se pusieron detrás del perro… y el gato…
que iban detrás del Duende… Saltarín,
que, ¿cómo pedaleaba?… Así…

Antes de ponerse a pedalear
la oveja, balando… le dijo al lobo:
−Lobo, no me comerás
y el lobo contestó:
−Anda, pedalea. Vamos a viajar y a disfrutar.

A otro lado del camino,
se encontró con un elefante… un mono…
un león… y un oso…
que estaban algo… aburridos.

¿Adónde vas, Duende Saltarín?
Voy a recorrer el País.
− ¿Los cuatro te podemos acompañar?
−Pues claro. Venga, a pedalear…

Y el elefante… el mono…
el león… y el oso…
se pusieron detrás de la vaca… la oveja… el lobo…
el perro… y el gato…
que iban detrás del Duende… Saltarín,
que, ¿cómo pedaleaba?… Así…

Tras una curva del camino,
había una hormiga… una oruga… una abeja… (Gestos y onomatopeya)
un saltamontes y un grillo…
que estaban algo… aburridos.

¿Adónde vas, Duende Saltarín?
−Voy a recorrer el País.
− ¿Los cinco te podemos acompañar?
−Pues claro. A pedalear…

Y la hormiga… la oruga… la abeja… (Onomatopeyas)
el saltamontes… y el grillo…
se pusieron detrás del oso… el león…
el mono… el elefante… la vaca…
la oveja… el lobo…. el perro… y el gato…
que iban detrás del Duende… Saltarín
que, ¿cómo pedaleaba?… Así…

Tras la cuesta del camino
La hormiga, en nombre de los insectos dijo:
−Nosotros nos retiramos.
No podemos pedalear tan rápido.
Nuestras patitas no dan para tanto.

Entonces el oso dijo:
−Trepad y subid a mi lomo
Os llevaré con gusto. Somos amigos.

Y la hormiga… la oruga… la abeja…
el saltamontes… y el grillo…
subieron al instante
al lomo de ese oso tan amable. (Simular)

La abeja le dijo al oso:
−Oso, no me aplastarás
como cuando coges mi miel.
El oso contestó:
−Vamos a viajar y a disfrutar. Agárrate bien.

A la puerta de una granja estaban
una gallina… una oca… un pato… (Gestos y onomatopeyas)
un búho… una paloma… y un canario…
que estaban algo… aburridos.

− ¿Adónde vas, Duende Saltarín?
−Voy a recorrer el País.
− ¿Los seis te podemos acompañar?…
−Pues claro. A pedalear…

Y la gallina… la oca… el pato… (Onomatopeyas)
el búho… la paloma… y el canario…
se pusieron detrás del oso…, que llevaba encima a la hormiga…
la oruga… la abeja… el saltamontes… y el grillo…,
el león… el mono… el elefante
la vaca… la oveja… el lobo… el gato… y el perro…
que iban detrás del Duende… Saltarín,
que, ¿cómo pedaleaba?… Así…

Al atravesar un sendero peligroso,
se encontraron con unos dinosaurios monstruosos.
El tiranosaurio rex… el brontosaurio… el velociraptor…
El plesiosaurio… el braquiosaurio… el ictiosaurio…
y el triceratops…

Todos los animales, del susto, al suelo cayeron. (Caer al suelo)
Pero los dinosaurios dijeron:
−No nos temáis, queremos ser amigos vuestros.

El Duende Saltarín dijo:
− ¿Nos queréis acompañar?
−Claro que sí −contestaron
−Pues venga. A pedalear…

Y los dinosaurios… se pusieron detrás de
las aves… los insectos…
los animales salvajes… y los domésticos…
que iban detrás del Duende… Saltarín,
que, ¿cómo pedaleaba?… Así…

Y cuando todos dieron la vuelta completa
al País de los Juguetes
se despidieron contentos diciendo:

−Todos nos hemos hecho amigos
y cuánto nos hemos divertido.
¿Podríamos hacer otro día
otro viaje por el País?
El duende Saltarín contestó:
−Claro que sí.

Seguro que a otros animales diferentes
les gustaría viajar por el País de los Juguetes.

              FIN

Para ciclos de primaria la dinámica se presta para introducir una unidad didáctica sobre los tipo de animales: domésticos, salvajes, aves, insectos, para dibujar tu animal preferido, para hacer una redacción sobre “Mi mascota”: “Mi hormiga y yo”: solo cuando la imaginación no sabe por dónde salir, inventa.