Intervención 55
Teatro: Caperucita Roja

EL TEATRO Y LA DRAMATIZACIÓN INFANTIL
Dramatización: Es el proceso de transformar en drama aquello que originariamente no lo es. El drama representa un mensaje y una acción mediante actores que la repiten en un marco ambiental que reclama:
- Expresión lingüística y gestual • Expresión corporal
- Expresión plástica • Expresión rítmico musical
En literatura la palabra drama es la acción convencionalmente repetida con finalidad artística.
Teatro es la puesta en escena de una acción dramatizada.
Dramaturgo es la persona que escribe dramas.
El acto lector del texto dramático exige una gran concentración, porque tolera mal las distracciones, dificulta e impide las interrupciones y requiere un gran esfuerzo de imaginación para recrear escenas, caracterizar a los personajes…
En el teatro podemos encontrar:
- El texto literario, formado por el diálogo que mantienen los personajes.
- El texto espectacular, indicaciones informativas del autor en el texto, llamadas discalias o acotaciones que son las instrucciones precisas que da el dramaturgo al actor en una obra escrita, advirtiendo y explicando todo lo relativo a la acción o movimiento de los personajes para la correcta representación de la escena.
El drama necesita:
- Ambientación de las escenas
- Sencillez aparente de su lenguaje literario
- Uso del diálogo
- Frases breves
- Presencia de un conflicto que sostiene la intriga
- Dinamismo de las situaciones
Juego dramático sería el fruto de la dramatización, que se puede plasmar en un texto que recoge y regula su desarrollo posterior. Con esta expresión se designa la actividad lúdica a la que los niños se dedican colectivamente para reproducir acciones que les resultan tan conocidas como para convertirlas en la trama de su juego. Constituye un juego simbólico que les permite ser lo que no son. Lo hacen con espontaneidad, sin contar con el adulto pero admiten convenciones dramáticas: reparto de papeles, creación de espacio escénico y el diálogo surge de su propio lenguaje. Jugar a ser bailarinas, a ser profesores, a ser mamás…
Su aplicación didáctica en las clases de lengua y literatura es destacable:
- Contribuye a una mayor comprensión del texto. Los lectores tienen que entenderlo bien para poder comunicarlo con intención y sentido.
- Desarrolla la expresividad oral: dicción, volumen, entonación, distinción de matices.
- Enriquece la capacidad de comunicación global: perder los miedos, superar inhibiciones, atreverse a levantar la voz, llegar a imponerse ante el auditorio. (Isabel Tejerina 1996)
Actividad práctica para el aula.
En los centros escolares siempre surgen ocasiones para programar una actividad de teatro para poner en contacto a los niños con este género literario y buscar soluciones para representar para un público en tal o cual situación puntual. El problema radica en que no hay tantos papeles protagonistas en las obras como alumnos en un aula y es necesario hacer selección entre los mejores para declamar y los demás, si salen, serán de relleno.
El título que aquí aparece: ¿Jugamos con Caperucita Roja?, fue publicado por la editorial Everest en su día para la colección de teatro infantil. Supone una recurso acertado para resolver el problema y que todos los niños de un aula puedan hacer una representación de la historia siguiendo las pautas que se programan al comienzo del relato.
Bien ensayado su código de consignas y con un buen narrador (adulto) que la vaya leyendo, supone una puesta en escena extraordinaria para cumplir los requisitos de actividad teatral. Simplemente como actividad para el aula resulta muy divertida.
El archivo para descargar es un extracto del libro.
Cualquier relato de la propia cosecha servirá para aplicarle el mismo tratamiento y el aula de teatro se diversifica con diferentes historias idóneas para su representación. En las redes hay material surtido para montar actividades teatrales con niños.
¿Jugamos con Caperucita Roja?
Para poder jugar con este cuento hay que entrenar un código de consignas y aprenderlas al momento.
Código de consignas
Caperucita Roja: ¡Plas, plas! (dos palmadas)
Lobo: ¡Auuuu! (aullar)
Mamá: ¡Aaaa! (cruzar los brazos sobre el pecho)
Abuelita: ¡Ay! (y manos a los riñones)
¡Toc, toc! (llamar a la puerta)
¡Pum, pum! (cazador)
Tortitas: (golpear las manitas)
¡Hummm!: Mantequilla (relamer la boquita)
¡Ñam, ñam!: (devorar o comer)
Al hacer preguntas o señalar con gestos, responder a todo con acierto.
En el mensaje escrito unos puntos suspensivos… indicarán cuándo este código se debe aplicar y gesticular.
En un pueblo llamado Pueblo vivió
la niña más bonita que jamás alguien vio.
Su mamá… con locura la quería
Y su abuela… con más locura todavía.
Su abuelita… una caperuza, ¿de qué color?… (roja)
le regaló y desde entonces por ese nombre
todo el mundo la conoció. ¿Cómo se llamaba?…
Un día su mamá… este encargo le mandó:
̶ Caperucita… vas a ir a casa de la abuelita…
a llevarle esta torta… y un tarro de mantequilla…
Caperucita… salió y a casa de la abuelita… marchó.
Cuando cerca del bosque pasaba, salió el lobo…,
que por allí andaba y le preguntó:
̶ ¿Adónde vas, Caperucita?…
Caperucita… contestó:
̶ A casa de mi abuelita…
A llevarle una tortita… y un tarro de mantequilla…
El lobo… se la quería comer… pero,
¿y si lo veía algún cazador?…
Pensó en engañarla y luego poder comer… a dos.
Y el lobo… dijo: “Yo también iré a ver a la abuela…
A ver quién llega antes, ¿aceptas?”
El lobo… por el camino más corto echó a correr,
Mientras Caperucita… cogía flores de esas que huelen… muy bien.
Cuando el lobo… llegó a casa de la abuela…
entró y a la abuela…se comió…
y con la ropa de la abuela… en la cama se metió.
Caperucita… llegó, se acercó a la cama y esto preguntó:
̶ ¡Abuelita…, qué…(brazos, señalar todo con mímica) más… (grandes tienes!)
̶ Son para… (abrazarte (mímica) mejor.
̶ ¡Abuelita…, qué… (piernas (mímica) más… (grandes tienes!)
̶ Son para… (correr (mímica) mejor.
̶ ¡Abuelita…, qué (orejas (mímica) más… (grandes tienes!)
̶ Son para… oírte (mímica) mejor.
̶ ¡Abuelita…, qué ojos (mímica) más… (grandes tienes!)
̶ Son para… verte (mímica) mejor.
̶¡Ay, abuelita…, qué dientes (mímica) más…. (grandes tienes!)
̶ Son para… (mímica) comerte… mejor.
Y entonces, ¿qué pasó?
Según un señor que se llamaba Perrault
el lobo… a Caperucita…y a la abuelita… se comió…
y el cuento ahí se acabó.
Pero un señor que se llamaba Grimm
no termina el cuento así.
Un cazador… que pasaba por allí gritos oyó.
Y al ver a ese lobo… tan malo lo ahuyentó.
y a Caperucita… y a la abuela…
que estaban muy asustadas, las liberó.
Gracias al cazador…, el lobo… desapareció.
La abuelita… se comió la torta… y la mantequilla…
Y Caperucita…. decidió que por el bosque nunca más pasaría.
Un llamado Cuento de Hadas de la tradición de plena actualidad hoy y siempre, porque el cuento nació para enseñar la vida al niño. ¿No debemos prevenir a nuestros niños de los lobos del asfalto? Hay muchos y variados. Cuidado con ellos.