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María Dolores Arenas

Intervención 48

Relajación

Una tradicional rutina convertida en relato sirve para poner fin a La hora del Cuento que cada noche reclaman los niños cuando la han convertido en hábito.

Y cuando ya la conocen y la hacen suya, tras escuchar la palabra “Fin” del cuento, se oye: “Falta la relajación”, esa consigna que servirá para conjurar el sueño desde una expresión de cariño propiciada por la atención, la cercanía, la caricia, el beso y el bienestar en general que proporciona una relajación personal, especial y divertida.

Hay que hacer una precisión:
La dinámica sirve para todas las edades: clases de Infantil, sentados en círculo para practicarla unos a otros, niños que ya han crecido mucho en edad y aún solicitan: “¿Me cuentas el cuento de las hormiguitas?”, incluso en parejas, curioso. Solo la experiencia corrobora el hecho.
Es cuestión de probarlo. Repetirán.

La dinámica, impresa o memorizada, requiere accionar y repetir varias veces las palabras sugeridas y subrayadas en cada secuencia con delicadeza y precisión sobre la espalda despejada del sujeto colocado boca abajo y la cabeza de perfil a un lado.

Dinámica

¿Queréis que os cuente
lo que pasa en la selva,
cuando el día se acaba
y la noche empieza?…

Escuchad:
Allá en la selva,
cuando el día se acaba y la noche llega,
todos, todos los animales,
sentados en el suelo por parejas,
se cuentan las historias
de su jornada completa.

La Sra. avestruz dice:
“Un pájaro carpintero entró hoy en mi nido
y poco a poco, muy despacio,
picó y repicoteó a mis hijos”
– Picó a mis hijos, picó a mis hijos, picó a mis hijos… (Repetir veces…)
(Golpear suavemente en la cabeza con los dedos)

El león dice:
“Estaba descansando junto al lago,
de repente vino la lluvia,
me cogió desprevenido,
y mi melena quedó hecha un asco”
– Cayó la lluvia, cayó la lluvia, cayó la lluvia… (Repetir…)
(Acariciar el pelo hacia el cuello, rascando suavemente)

La Sra. gacela dijo:
“Cuando mi hijo acababa de nacer
pasó algo alucinante.
Por el lugar donde yo estaba acostada
bajaban y subían los enormes elefantes”
– Bajaban los elefantes, bajaban los elefantes… (Repetir)
– Subían los elefantes, subían los elefantes…

(Presionar suavemente con los puños en la espalda arriba y abajo)

El oso hormiguero dijo:
“Hoy no conseguí comer.
Imaginad cómo tengo la barriga.
He pasado el día soñando
que por mi cuerpo desmayado,
bajaban y subían las hormigas”
– Bajaban las hormigas, bajaban las hormigas… (Repetir)
– Subían las hormigas, subían las hormigas…

(Deslizar las puntas de los dedos, rascando suavemente la espalda)

El Sr. Topo dijo:
“Vivo bajo el árbol que hay en el río.
Me cae el sudor por la frente
cuando pienso cómo por la puerta de mi casa
bajaban y subían hoy las serpientes”
– Bajaban las serpientes, bajaban las serpientes… (Repetir)
– Subían las serpientes, subían las serpientes…

(Pasar las manos sobre la espalda haciendo eses)

El Sr. mono dijo:
“Me puse a tomar el sol en una piedra
y me mondé de risa al ver la escena.
Por ella bajaban y subían los cangrejos,
andando hacia atrás, lentos, muy lentos”
– Bajaban los cangrejos, bajaban los cangrejos… (Repetir)
– Subían los cangrejos, subían los cangrejos…

(Presionar con las puntas de los dedos)

De repente dice el Sr. hipopótamo:
“¡Oh, mirad todos hacia arriba!
El sol ya se esconde.
¿No notáis un picoteo
por la frente, por la cara,
por el cuello y por los hombros?
Es el sueño que nos llama.
Cerremos todos los ojos”
(Picotear con la yema de los dedos frente, cara y cuello)

Y mientras ya todos duermen,
viene el viento que les mece
les sopla junto al oído, muy suave… (Soplar)
y después… les besa muy tiernamente… (Besar muy despacio)

¡Shissss!… Silencio… Relajados… Descansad…
Mañana es un volver a empezar.

Y la historia cuenta, cual fábula, esa realidad diaria que suele acompañar, a veces, la hora del sueño y refleja la vida.
-¿Tenemos problemas superficiales?
-¿Salpican de cerca el alrededor o de lejos?
-¿Son auténticos?
-¿Banalizamos o frivolizamos las situaciones?
Es la hora de dormir. El nuevo día vendrá mañana con energías renovadas para un volver a empezar y con voluntad cambiar perspectivas.

Semana 30: Relajación