Intervención 46
El cuento de autor

El pasado universal está firmado por el cuento popular, la memoria de todos los tiempos. Esas historias que nacieron al amor de la lumbre, que el narrador aderezaba al gusto y del resultado aparecen las tantas versiones divergentes que recogen los recopiladores.
Perrault, Grimm y Andersen facilitaron la historia y pusieron la voz a esos iconos sin edad que Walt Disney llevó a la gran pantalla, regalados al gusto y felizmente adaptados al niño, reafirmando esa universalidad que los caracteriza.
El paso del anonimato al Cuento de autor lo marca la firma de un texto original y la calidad de su escritura establecerá la diferencia entre simplemente contar o conjugar la narración con el cuidado esmerado del estilo del discurso.
Hay límites que establecen diferencias y la preparación literaria del lector determinará las muestras que atraviesan los baremos y van más allá de la valoración única de tramas.

Habrá que atenerse a definiciones para establecer y concretar límites.
Cuento de autor o cuento literario: relato escrito por autor identificado que ha traspasado fronteras y hoy es familiar para cualquier lector infantil, juvenil o adulto. Ello no impide que lleve huellas de los cuentos populares.
Diferencia entre cuento de autor o literario y cuento popular o tradicional:

Muchos cuentos de autor han traspasado las fronteras de su país de origen a causa de su gran popularidad y hoy siguen teniendo vigencia para cualquier lector infantil, juvenil o adulto, constituyendo lo que llamamos:
Clásicos de la literatura infantil: son los autores cuyas obras han pervivido tras su publicación y cuya calidad nadie discute: Michael Ende, Tolkien, Verne. Salgari.
Del mismo modo sus obras entran en la misma categoría: Alicia en el País de las Maravillas de C. Lewis, Pinocho de Carlo Collodi…
Reescritura de cuento tradicional son aquellos textos que, aun siendo escritos por autores contemporáneos, tienen la apariencia de cuento tradicional: “El verdadero final de la Bella Durmiente” de Ana Mª Matute.
(C. Sanz Marco. Doctorado, 2004)
En las reescrituras hay que considerar dos conceptos:
•Hipotexto: Texto (o conjunto de textos) precedente, aludido, transformado o presente en una nueva creación (del mismo o distinto autor). Modelo tradicional del cuento. Texto previo con capacidad creadora: Caperucita original
•Hipertexto: todo texto derivado de un texto anterior, por transformación simple o por transformación indirecta (imitación). Nuevos cuentos, historias, novelas resultantes de reelaboraciones: Caperucita en Manhatan” de Carmen Martín Gaite.
(Mendoza Fillola. A. La educación literaria, 2004)
En diferentes momentos de la historia se ha pretendido hacer lista de los libros de autor idóneos para niños, de clásicos de imprescindible lectura, canon escolar o del cómic para facilitar esa carrera lectora infantil y juvenil.
En 1995, Harold Bloom, con su obra “El canon occidental”, sirvió la polémica al seleccionar en un corpus limitado a los mejores escritores y relegar a los autores incompetentes a gusto personal. Es evidente que cada país tiene su propia lista de muestras vernáculas destinadas a la infancia más el aporte de clásicos universal.
En España al Equipo Peonza pertenece la publicación en 2004 de “Cien libros para un siglo” donde están representados autores y obras de 21 países, aunque con mayor número de muestras en la propia lengua.
Pero la realidad es que cánones, listas, autores y obras procedentes de laboriosos trabajos de ordenación garantizan una formación lectora razonable, pero no al gusto particular si están fuera de los intereses del destinatario. A veces son cánones que facilitan al adulto la comprobación de acceder, asentir o disentir con piezas renombradas bajo un sustrato de opinión y baremo de calificación.
Y el pequeño gran lector se formará gracias a un mediador que, en un principio, lo estimule y facilite lecturas, que sabe que le gustarán porque conoce el libro y al niño que lo lee y las convierte en su personal canon literario al gusto. Una vez enganchado a la lectura, su propia voz después lo capacitará más para elegir porque las preferencias bondadosas del adulto pueden aburrir soberanamente al niño, sin perder de vista que al clásico se accede agradablemente cuando gusta leer y no hay que condenar con la lectura.
Un intento de canon infantil personal propio (“Memorandum”) para conservar la memoria de todo lo leído desde… (In illo tempore)

Un simple archivo, con Año, Mes, Título, Autor y Baremo: MM-muy malo-, M-malo, B-bueno, MB-muy bueno, para siempre, guardarán la memoria personal de todo lo leído y darán cuerpo al canon de lecturas propio.
La lista la inicia el adulto y en un momento dado la traspasa al lector ya atrapado, que siempre grabará títulos y autores inolvidables prestos a ser recomendados con sus credenciales.
Es muy gratificante conservar la memoria de todo lo leído. De adulto se pueden archivar por Autores en orden alfabético, Títulos de sus libros leídos , más el mismo Baremo personal y al gusto la fecha de lectura. El boca a boca de recomendación, buena o mala, funciona al pie de la letra e igualmente se localiza lo recomendado como novedoso u olvidado.