Intervención 34
Pollito Pipí se resfría

El famoso cuento de Dora Pastoriza, “Pollito Pipí se resfría”, extraído de su libro “El arte de narrar: un oficio olvidado”, puede convertirse en una muestra de teatro de guiñol para jugarlo en las aulas de infantil accionando a sus protagonistas con unas sencillas marionetas de palo: Pollito Pipí, Patito Cuacuá, Perrita Pachá y Doña Gallina.
Llamamos guiñol, títere o marioneta de mano a cualquier muñeco manejado por la mano humana. En los guiñoles para niños los muñecos aparecen desde abajo, accionados con guantes, dedos o dibujos planos sostenidos por maderas o varillas. Otras marionetas o títeres pueden actuar desde arriba con cuerdas o hilos.
Cualquier texto apropiado a la edad convertido en teatro de guiñol supone una herramienta muy educativa por constituir:
• Antesala del teatro,
• Escuela de dramatización.
• Interpretación del juego simbólico que enseña la vida.
• Implicación en la trama.
• Participación total del público con gestos y palabras.
• Dialogo interactivo entre personajes y público.
• Acercamiento al pensamiento reflexivo.
• Expresión del lenguaje oral y la comunicación.
• Desarrollo emocional y social.
La representación del cuento no tiene mayor dificultad que dos manos, o cuatro, que sujetan las marionetas de palo, que intervienen en el orden requerido, mientras el narrador solicita del público infantil ayuda para participar en los interrogantes que plantea cada momento la historia, siempre insinuados en la dinámica por los puntos suspensivos.
Material
Sirve cualquier dibujo en siluetas planas de los animales protagonistas: pollito, pato, gallina y perro, coloreados o hechos en cartulina de vivos colores, recortados y pegados a doble cara, plastificados y con una varilla larga de madera introducida dentro para su mejor manipulación posterior.
Como escenario puede servir una simple mesa con un mantel para ocultar el cuerpo de quien acciona las marionetas u optar por soluciones conocidas más elaboradas, en cartón o maderas, para sucesivas ocasiones y un lago simulado en el vacío de la mesa.
Dinámica
Pollito Pipí se resfrió
Cuacuá.- Hola, amiguitos, me llamo Cuacuá y soy… ¿qué soy?…
¿Sabéis dónde voy?… Voy a nadar a la laguna.
¿Vosotros sabéis nadar?… ¿Cómo nadáis?… ¡Qué bien!
Pero… ¿A que no sabéis hacer lo que yo hago?
Fijaos: meto la cabeza en el agua y la saco. (Bis)
¿Para qué?… Pensad, pensad, más tarde os lo diré.
Pipí.- Hola, amiguitos, me llamo Pipí y soy… ¿qué soy?…
¿Habéis visto a Cuacuá?… ¿sí?, ¿dónde está?…
¿Me acompañáis a buscarlo?… ¿Por aquí?… ¿Por allá?…
Ahí lo veo. ¿Qué hará metiendo y sacando la cabeza del agua?…
¿Lo sabéis vosotros?… ¿Se lo preguntamos?…
Patito, ¿por qué metes la cabeza debajo del agua?
Cuacuá.- Porque veo pasar bichitos ricos y me los como.
Pipí.- ¡Ahí va! ¿Eso lo sabíais vosotros?…
¿Hay comidita dentro del agua?…
Cuacuá.- Claro. ¿Por qué no vienes conmigo?
Pipí.- Porque mi mamá no quiere que me meta en el agua.
Cuacuá.- Pero ahora tu mamá no te ve. ¿Verdad que no lo ve su mamá?…
Échate al agua. Es lindo.
Pipí.- Sabes, Cuacuá, yo tengo miedo.
Cuacuá.- ¿Miedo de qué? Yo tengo la misma edad que tú y no tengo miedo.
¡Tírate de golpe, Pipí!
Pipí.- ¿Qué hago? ¿Me tiro o no me tiro, amiguitos?…
¿Hago caso a mi mamá o a Cuacuá?…
El caso es que me apetece mucho.
¿Me tiro?… Bueno, me voy a tirar…
¡Socorro! ¡Socorro! ¡Me ahogo! ¡No sé nadar!
Pacha.- Soy la perra Pacha, ¿habéis oído algo?…
Parece como si alguien pidiera socorro, ¿verdad?
¿No es ésa la voz de Pipí?…
¿Por dónde se ha ido?…
¿Por aquí?… ¿Por allá?… (Mover la marioneta a los lados)
¡Es Pipí que se está ahogando! ¿Debo ir en su ayuda?…
¡Aguanta, Pipí! ¡Ya voy!
¡Ay, pobre Pipí! ¡Cómo está!
¿Sabéis cómo se ha caído al agua?…
Lo tendré que llevar con su mamá, ¿verdad?…
Sra. Gallina, aquí le traigo a su hijo.
Está hecho una sopa.
Sra. Gallina.- Muchas gracias, Doña Pacha.
¿Qué le paso a mi hijo?… ¿Alguien lo sabe?…
A ver, habla tú, Pipí.
Pipí.- Me caí al agua, mamá.
Sra. Gallina: ¿Y cómo se cayó al agua?…
¿Dice la verdad?…
¿Quién me dice la verdad?…
Pipí.- Sabes, mamá, yo me metí en el agua para nadar como Cuacuá.
Sra. Gallina.- ¡Ay, Pipí! No me obedeces. Te lo he dicho muchas veces.
Niños, ¿los patitos están hechos para nadar?…
¿Y los pollitos?…
¿Lo ves, hijo?
Los patitos sí que están hechos para nadar
pero los pollitos y las gallinas estamos hechos para andar por tierra.
¿Tenía mamá razón? ¿Sí o no?…
Y ahora, ¿qué vamos a hacer?…
¿Lo secamos?…
Pero me parece que por más que te seque mamá
no te libras de un buen resfriado ¿Verdad?… ¿Qué creéis?…
¿Sabéis cómo va a estornudar y toser Pipí toda la noche?…
Y eso fue lo que pasó. Pipí toda la noche tosió porque se resfrió.
¿Qué le decimos a Pipí?…
¿Qué le decimos a CuaCuá?…
¿Qué le decimos a Pachá?…
¿Qué hará la Sra. Gallina?…
Una de las grandes cualidades de los cuentos es su versatilidad: los podemos leer, inventar y personalizar, dramatizar y también podemos memorizar su trama argumental y luego contarlos con las propias palabras, poniendo alma y vida en la expresión. Pues esta es otra buena muestra cortita y adaptable para la antesala del sueño infantil al servicio de las nuevas generaciones. Formará parte de su memoria de todos los tiempos
Una buena actividad de aula supone facilitar los dibujos de las marionetas, a los niños para colorearlas, recortarlas, montarlas y ellos solos puedan interactuar en clase o contar en familia la historia.
Para aulas de especialidad en Grados de Magisterio, una actividad sugerente es hacer grupos de trabajo para inventar nuevas tramas y representar en guiñol. La propuesta de cada grupo suma y enriquece la creatividad de los demás.