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María Dolores Arenas

Intervención 33

La canción de las piedras

Pixabay

Esta dinámica trabaja la expresión rítmico-musical coordinada con un instrumento tan sencillo como una piedra que golpea el suelo acompañada del canto de los participantes que entonan cualquier melodía propia del cancionero infantil popular o una rutina elegida para la propuesta.

Su realización persigue un orden regular de secuencias acompasadas y sincronizadas entre golpe y voz de manera que el resultado es un juego divertido de expresión múltiple pues además entrena la psicomotricidad manual, siguiendo las pautas opcionales que inicia la voz del animador.

La propuesta va acompañada de un relato ambientado en la prehistoria que, enlazada con el juego, reclama la atención y sumerge en ese mundo de la narración oral que capta el interés desde edades tempranas.

Accionar y jugar con esta animación no impone franja de edad. Es apropiada desde las aulas de Infantil hasta cursos de primaria y superiores y sirve para descongestionar. En aulas del Grado de Magisterio resulta muy divertida y apropiada para su utilización posterior. También es idónea para llevarla a la práctica en movimientos Juniors y Scouts. Solo necesita insinuar que se acoplen y elegir las melodías.

Con niños pequeños podemos entrenar su conciencia fonética y silábica y trabajar con sonidos trabados de más costosa pronunciación o con onomatopeyas de animales, cumpliendo el objetivo de potenciar el lenguaje y desenredar garganta.

El juego sugerido es muy significativo para su aprendizaje, pues despierta la capacidad de recepción y entrena unas habilidades que son precursoras de los conocimientos que ayudan cada día a memorizar, interpretar, valorar y organizar el esquema mental. Si a ello se suma su gran componente lúdico, el éxito está asegurado.

Material

El juego solo precisa piedras, duras, lisas, ovaladas, de 6×4 cm más o menos, piedras de rio o playa fáciles de conseguir y ya se reservan para siempre, pues el juego será repetido de nuevo por sus connotaciones didácticas y del agrado general. También es interesante encargar las piedras a los niños con anticipación y fecha: cada uno trae una piedra y ello motiva su sentido de la responsabilidad.

Modo de realizarla

Todos los participantes se sientan en círculo, bastante juntos, en el suelo no alfombrado, cada uno tendrá una piedra. El golpe de las piedras en el suelo y pasarlas con golpe al compañero, unido a las voces entonadas de todos, pondrá ritmo y música para cumplir los objetivos deseados.

Si los niños son muy pequeños se pueden reducir los golpes de las piedras y simplemente pasarlas al compañero, siguiendo el modelo y la voz del animador que elige siempre según criterio las frecuencias. El brazo y la mano, dirigidos por el oído, expresaran el movimiento rítmico que persigue cada rutina.

Dinámica

Hace muchos, muchos años,
en la época de los dinosaurios,
los niños no tenían juguetes.
Jugaban con lo que la naturaleza ofreciese.

Un palo, un pequeño animal,
unas semillas, hojas, una flor
y tenían piedras, muchas piedras.
En la naturaleza había un montón.

Con los palos hacían… espadas, bastones, columpios…
Con los animales, a mascotas aprendían a cuidar.
Con las semillas formaban dibujos
y con las flores y hojas, collares para adornar.

Con el barro hacían figuras: pelotas, muñecas,
y al sol las ponían a secar.
Con las pieles de animales ya secas,
las forraban o vestían y a jugar.

Pero con las piedras del campo
inventaron algo sensacional.
Todos los niños, puestos en corro, sentados,
golpeando en el suelo, las hacían sonar.

Así inventaron la música con instrumentos.
Un invento más que sensacional
Después ponían palabras al sonido de las piedras,
golpeando a la vez, las pasaban al compañero y a cantar.

En niños de la prehistoria nos vamos a convertir.
En corro en el suelo nos vamos a sentar.
Cogemos cada uno una piedra en la mano,
damos un golpe, al pasarla al compañero de al lado y a cantar:

“Tengo una muñeca vestida de azul…”
“Debajo un botón ton ton / que encontró Martín tin tin …”
“Cucu cantaba la rana / Cucu debajo del agua…”
“Los pollitos dicen pío, pío, pío…”
(Sintonías propias del cancionero infantil popular)

También podemos entrenar las vocales
mientras hacemos la música con las piedras.
Ahora cada uno dará dos golpes
y las pasará al compañero sin detenerlas.

AA-A EE-E II-I OO-O UU-U

Ahora vienen los números, con golpes y sin moverlas
Una, dos / y tres / cuatro, cinco / y seis.
Siete, ocho / y nueve.
Nueve y una, / diez

¿Escucháis la música que hacen las piedras?…

También podemos entrenar sonidos
y nuestra garganta empezará a despertar.
Algunos parecen difíciles
pero pronto los aprenderá.

Ring, ring –ring Clo, clo –clo Pra, pra –pra Tras, tras –tras

Todos los niños de aquellos tiempos
también con animales solían jugar
y los reconocían por sus sonidos,
Sonidos como éstos… ¿De qué animales serán?:

(Gatitos) (Ovejas) (Perros) (Pollitos)
Miau, miau –miau bee, bee –bee Guau, guau –guau Pi, pi – pi

También podemos entonar canciones
sin pasar las piedras al compañero.
El mismo ritmo seguiremos todos,
cantando y golpeando en el suelo:

“El uno es un soldado / haciendo la instrucción.
El dos es un patito / que está tomando el sol…”
“Zapatero remendón / estira, estira / pam / pam / pam”

Hoy aprendimos también
que los niños de otros tiempos,
aunque no tenían juguetes,
podían pasarlo requetebien.

También sabían hacer otra cosa:
mover el cuerpo con ritmo y bailar.
¿Y si ahora nosotros también bailamos?…
Piedras guardadas, música a toda marcha y… a bailar.

Una música de móvil o casete preparada se puede accionar para sugerir una libre expresión rítmica corporal que rápidamente será aceptada y secundada por todos.

¡A bailar!