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María Dolores Arenas

11. Taller de escritura. Introducción

Introducción

El Taller de Escritura es una nueva sección de intervenciones que nace con la intención de animar a descubrir el Placer de Escribir y sugerir estrategias y actividades para motivar y practicar una escritura creativa que  busca un saber hacer  y deleitarse con ello.   

Nace como exigencia de un arte que  encuentra su expresión  en concretar  ideas propias con el juego  de las palabras que tocan el alma y la hacen sensible.  La historia puede ser la misma y el relato… pura creación.

La Piedra de Rossetta en el Museo Británico

Años y siglos han perpetuado esta imagen considerada un gran monumento al libro. El día que apareció la escritura se perpetuó la memoria imborrable  y textual de todos los tiempos.  

La piedra de Rosetta  es un fragmento de una antigua estela egipcia de granodiorita inscrita con un decreto publicado en Menfis en el año 196 a.C. en nombre del faraón Ptolomeo V. El decreto aparece en tres escrituras distintas: el texto superior en jeroglíficos egipcios, la parte intermedia en escritura demótica y la inferior en griego antiguo. Gracias a que presenta esencialmente el mismo contenido en las tres inscripciones, con diferencias menores entre ellas, esta piedra facilitó la clave para el desciframiento moderno de los jeroglíficos egipcios. Pesa  800 Kg, fue encontrada en 1798 por el francés Champolion… (Wikipedia)

El lenguaje escrito encontró su hogar en Egipto, Mesopotamia, China  en el tercer o cuarto milenio a.C, se corporeizo en papiro, hecho de juncos y se distribuía  en rollos por metros. Era fácil de almacenar pero susceptible a la humedad…

Y desde entonces la escritura se consolidó como la victoria de la humanidad sobre el tiempo (Teresa Durán, Leer antes de leer)

Es un hecho innegable que en el principio de todos los tiempos existió la palabra. Esa palabra se hizo vida, copió la vida, interpretó la vida, inventó la vida y para contarla encontró los signos que la convertirían  en canto, en poema, en historia, en cuento.

Y desde ese momento la palabra se convirtió en promesa, pues de ella nació una descendencia tan rica y numerosa como las estrellas de cielo y las arenas de las orillas del mar. Y arraigó en tres grandes linajes: El Épico, El Lírico y El Dramático y aunque cada uno estableció los límites de su territorio, todos participaron de un hecho en común. Con ella todos contaron, transmitieron, inventaron, crearon o recrearon historias, desde la prosa, desde el verso o desde la representación del juego teatral.

La palabra fue el barro, el sustrato creador de esa aparente nada, que materializada en sonido, en piedra, arcilla, papiro, madera, piel o papel, trazada  con varilla,  punzón,  pluma de ave, lápiz, tintas o teclas, dio aspecto y fisonomía a los primeros padres  y descendientes de los textos inmortales.

Textos inmortales que no existirían si sus autores no hubieran descubierto “El Placer de Escribir”.

Y si no se hubieran aventurado a reinventarse a través de la “Escritura Creativa”.

Entonces se plantean unos interrogantes:

¿A esos textos inmortales, con escritura creativa, se llega sin descubrir el placer de escribir?
Porque…
¿Por qué escribimos?
¿Para qué sirve la escritura?
¿Cuándo hay que despertar el placer de escribir?
¿Al mismo tiempo que el placer de leer?
¿Qué es la escritura creativa?
¿Saber escribir con buena letra es lo mismo que saber escribir bien?
¿Cómo podemos descubrir y entrar en el mundo de la página en blanco?
¿Y tú cómo lo harías?

Cuestiones que a lo largo de las intervenciones iremos dando respuestas, compaginando con actividades que puedan sugerir  y motivar la práctica de esa escritura creativa que nace bajo el imperativo del placer de escribir. 

Nos centramos en la primera pregunta:

¿Por qué escribimos?

George Orwell, conocido autor por sus novelas  “Rebelión en la granja” y “1984, en su ensayo Why I Write, da cuatro motivos convincentes para escribir:

Son cuatro los motivos por los que escribimos:

  • 1.- Puro egoísmo. Deseo de ser recordado.
  • 2.- El entusiasmo estático. Percibir la belleza y desear compartirla.
  • 3.- El impulso histórico. Averiguar y almacenar hechos para la posteridad.
  • 4.- El propósito político. Aspirar a dirigir y alterar la dirección del mundo desde perspectivas personales.

En cualquier escritor que se precie, según el género que gasta, están insinuados estos motivos para convertirlos en realidad, alterando el orden de sus prioridades.

En la práctica diaria, si no se descubre el Placer de escribir, solo se escribe por Necesidad: periodo escolar, trabajos, exámenes, contactos, nuevas tecnologías con su lenguaje deteriorado…

Esa es la conclusión a la que se llega en la enseñanza cuando nos servimos de la escritura para entrenar y calificar ortografía y buena letra. Habrá que buscar opciones creativas y divertidas para despertar una actitud positiva a la página en blanco cuando ya los niños pronto detestan hacerlo por el uso y abuso de exigir copiar enunciados de contenidos que aterrizan en respuestas coherentes, pero hacen los deberes interminables.

El aula siempre es y será una responsabilidad, una misión y un reto constante para renovar, innovar, sugerir, probar y gastar cualquier técnica que, al despertar la atención por novedosa, reclame el interés del alumno.   

El precio siempre será el mismo para el docente: “Saber vender la idea con entusiasmo y crear expectativas”.

Este espacio, Taller de Escritura, concretará su aportación mediante  Actividades dirigidas para todas las edades.

La próxima Actividad 1: ¿Para qué sirve la escritura?, planteará ya una puesta en práctica para llevarla al aula o para trabajar en su iniciación.

Bienvenidos al Taller de Escritura.

¿Preparados para descubrir las sorpresas de la página en blanco?